Saturday, 9 July 2016

Comision de cocina, tu convertiste a la toma en un hogar


Comisión de cocina, no se imaginan cuanto los aprecio y quiero, a pesar de que nunca se los diga en persona, o sea, siempre les digo “gracias” con voz de estúpido y nada más. 

Siento que se merecen más, los homenajeo en esta fotografía y también les hice unos cuantos poemas. Los recopile en un libro, se llama: 20 comidas de amor y una comisión desesperada. Aqui les escribo uno de los poemas.

Vivamos, Comision de cocina mía, y almorcemos.
Que los rumores de los jesuitas
no nos importen.
El sol puede salir y ponerse:
nosotros, cuando acabe nuestra breve luz,
dormiremos una noche eterna.
Dame mil almuerzos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta, no la sabremos nosotros
ni el envidioso, y así no podrá maldecirnos
al saber el total de nuestros almuerzos.

Atentamente, su admirador secreto.

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